A vos, con quien coincidí.
Hoy tengo que decirte una cosa muy seriahay mucho de vos que no me importa.
No me importa tu imagen, tu altura, tu edad
el color de tus ojos o el largo de tu cabello.
No me importa tu pasado amoroso
no me importa a cuántas has besado o follado
ni lo que has hecho o deshecho en la cama.
No me importa si fuiste feliz o si te ibas a casar.
No me importan las conversaciones que ya borraste
ni las que dejaste por contestar.
No me importa que le hayás temido a algo o alguien
si te decepcionaron o si decidiste llorar lo perdido.
No me importa que creás o no en un dios
si militás en algún partido o si los odiás
ni si sabés cocinar o si detestás escuchar alguna canción.
No me importan las marcas que usás
si comés o no carne, verduras y frutas.
Ni siquiera cuántas horas dormís
o de cuál lado de la cama preferís.
No me importa desde cuándo no te gustan las multitudes
y elegís pasar muchas horas en casa.
No me importa si la anarquía es de tu preferencia
aunque comulgués con las dictaduras.
No me importa los tatuajes que no te hiciste
o tu aversión a beber o fumar.
No me importan tus películas favoritas
o los libros que no leíste.
No me importa la distancia que imponés.
No me importa que te guste la ciencia o el arte
ni que todo, a tus ojos, sea un problema.
No me importan tus soledades reconfortantes
ni tus silencios necesarios.
No me importa que ayer fueras un quizá
y hoy un ineludible.
No me importa si te gusta o no la poesía
si aborrecés lo que escribo.
O lo que escucho.
No me importa que no te importe lo que los demás digan
ni lo que yo diga.
No me importa si decidís quedarte o no en mi vida.
Y nada de esto me importa porque a pesar de ser parte de lo que sos
no son más que hábitos, rutina o lo superficial.
Y lo que me importa de vos
tiene que ver con lo que estás dispuesto a compartir;
me importa tu capacidad de decisión
tu valor para enfrentar el miedo
la esperanza a la que te aferrás.
Me importa de vos la sonrisa que ofrecés
las seguridades que ya encontraste en tu voz.
Me importa que salvés a las personas sin que lo notés;
las cosas que aprendés, que te mueven
lo que te incomoda, lo que rechazás lo que contradices;
lo que valorás y lo que te negás a perder.
Me importa de vos tu habilidad para salirte por la tangente,
tu ingenio y la pericia que ya tenés con la vida.
Me importa cómo cuidás a quienes querés.
Me importan tus sueños y los gustos que aún no reconocés.
Me importa tu libertad.
Lo que más me importa de vos es el hoy,
el presente, porque el futuro no existe
y es ahora, a esta hora, cuando me leés.
Y me gustás.
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