jueves

Vos

Te nombro y siempre me encuentro.
Te siento y siempre sos vos,
Vos sonriendo, abrazando, suspirando
vos aprendiendo, queriendo, mirándome.

Sos vos estando aunque no tengás motivos,
sos a pesar de que cuando me nombras
siempre hay una tristeza mirándote a los ojos.

Escrito en 2016

miércoles

Ausencia

Hoy estuve recordando. 
No ha pasado tanto tiempo
desde que te robé un beso,
y vos, a cambio de mi repentino acto,
me miraste
y te quedaste.
Recordé cómo me viste entre tantos rostros
y yo, un poco distraída,
te reconocí luego
y sonreí.
Fue ayer no más
cuando el día no alcanzó
y el amor nos hizo.

martes

¿Poesía?

Poesía la que haces cuando escribes
con tus manos tibias
lentamente
sobre mi cuerpo
que no es más
que una hoja en blanco.
Poesía la que haces con tu boca
cuando está llena de deseos
y suavemente se cuelan
por las gritas
de mi vida.
Poesía la que hace tu fortaleza
sosteniendo mis manos
nuestros sueños
la esperanza.


Escrito en 2015

lunes

Promesa

Una vez me dije que no me permitiría un amor mediocre.
Que no lo aceptaría y que no lo brindaría. 
Que amaría sin que me doliera, 
que escucharía sus duras verdades y 
que no me vería como la mujer/madre de nadie. 
Que amaría aceptándome,
con mis limitaciones y
mis ganas de transformar.
Que a quien amara debería comprender y aceptar.
Que debía ser otro ser,
tan distinto a mí pero
que eligiera cada día estar y seguir siendo,
no para mí sino para él mismo,
y para ambos.
Una vez me dije eso y
cómo es que hoy coincidí con él.

Qué raro.

Escrito en 2016

domingo

Ver

Te vi sonreírte cuando te dije que te amaba. Te vi jugar con tu cabello cada vez que me decías algo importante. Te escuché decir mi nombre cada vez que me decías que me cuidara.
Me vi amándote, leyendo poemas que ya nadie lee. Me vi viviendo momentos en los que enviarte fotografias es un pasatiempo sobre el tiempo que no estamos juntos. Me vi agradeciendo tu permenacer, tu forma de estar, tu rebeldía al ser.
Me vi en tu vida y me gustó.
Te vi en mi vida y me quedé.


Escrito en 2016

sábado

Amar

De pocas cosas me convenzo a diario como de amar.
Amar mucho y bien.
Amar despacio y consiente.
Amar con fuerza y abrazos.
Amar con sonrisas y con la voz.
Amar con el silencio y la música.
Amar con cuidado y valentía.
Amar sin dudas.
Amar sin recibir y dando mucho.
Amar con paciencia.
Amar con constancia y resiliencia.
Amar aprendiendo y enseñando.
Amar con la comida y la lectura.
Amar con las manos y los pies.
Amar desprendiéndose y juntándose cuando toca.
Amar con la acción, con la boca.
Y claro, hablo de amar a la familia,
a los amigos, a tu pareja,
a tu mascota, a tu profesión,
al cielo y la palabra.
Hablo también de dar gracias por amar
y ser amado,
en el ayer y en el hoy.


Escrito en 2016

A veces

A veces, tengo tantas sonrisas,
tantos suspiros asomándose a mi vida
tantos abrazos por dar
tantas palabras al oído por decir
tantos besos por sorpresa que entregar
que no puedo ni podría escribirlas,
no cabrían ni el poema más largo
ni en la historia más extensa jamás escrita.
Entonces, cuando esta especie de felicidad me embarga
y remueve mis entrañas
y no me suelta y hace que respire con pausa
estoy aquí, de nuevo, tratando de decirte
-muy torpemente, por cierto-
que me basta con que existas
(lo sé, quizá alguna vez te lo dijeron
lo que no sé, es si lo creíste o no)
pero tu existencia ahora tiene que ver con mi vida
porque tu voz apacigua mis nervios
porque tus palabras me salvan del mundo
porque verte siempre me sosiega
y que de poder sentirte
en lugar de escribirte así
te escribiría a mano
y te diría con un tono de voz apacible
que me basta con que existas
por supuesto que me basta
pero qué lindo que tu existencia ahora
tiene que ver con mi vida.
Pdta: te guste o no.


Escrito en 2016

viernes

Pregunta recurrente

cómo fue que coincidimos
cómo decir gracias y que alcance
cómo el mundo cabe en esas siete letras
y la calma tiene el color de tus ojos
cómo
cómo fue que escucharte se convirtió en paliativo
y hasta tus silencios me hablan
cómo
cómo agradecer que tenerte cerca es un placer
y que cada palabra que decís se siente hasta el alma
cómo un gracias se pronuncia “vení,
mi corazón es tu casa
quédate, que juntos somos magia
fuego
sosiego
amor
poesía
hogar
vida
vení, y que el día que quieras decir adiós no lo encontrés”
cómo
cómo cada suspiro que te escucho me abre el apetito
y ni hablar de las consecuencias de tu risa
cómo agradecerte que el estar en tu vida es una suerte
que conocerte es una fortuna
que nombrarte es tentar las ganas
cómo
cómo le hago para que el gracias sea tan grande como tu corazón
tan suave como la dicha de que sucedas
tan libre como aceptas que sea
y como lo sos vos
cómo
cómo fue que ando tropezando contigo en el día
que lo cotidiano es una aspiración
que las canciones te conocen
y las sonrisas y los suspiros son tus aliados
cómo fue que aceptaste tener una gata
dejar los zapatos fuera de casa
y soñar con un futuro
cómo es que no quiero dejar de hallarte
que quedarme es mi convicción
y que te quedes tu apuesta
cómo es que desde que estás mi vida es un jardín
cómo
cómo ahora lo importante es compartido
los mensajes significan “aquí estoy”
las notas de voz un “aquí estoy siendo”
los poemas un “aquí me dejo”
la música un “aquí te encuentro”
una imagen un “aquí te reconozco”
un e-mail un “aquí te pienso”
cómo
cómo agradecerte que me enseñes sobre lo que te apasiona
y que me expliques que el mundo lo soporto en la medida en que lo acepte
que estaremos tan bien como lo decidamos
y que todo sucede dos veces
porque una cosa es que me lo digas lejos
y otra que me lo contés a un beso de distancia
cómo
cómo fue que compartir mi vida contigo
es sinónimo de tranquilidad
cómo es que aprendo a quererte despacito
y que echarte de menos es aprender a esperar
y que los días son siempre el presente
cómo
cómo fue que me enamoré de vos
y que quiero ser quien te nombre
y que entonces reconozcas mi voz
y existas
cómo

jueves

Mentirosa

Me había perdido entre tantos pensamientos, me había decido a tomar el control, a estar dentro lo que no se sentía tanto.
Había por fin una forma de hacer las cosas pero era infeliz, había dejado la tristeza pero ella no me había dejado a mí. Me resistía, me quería dejar callar, plantarme junto a un árbol. Había perdido el gusto y el olfato.
Había dejado de hablar pero gritaba tierra adentro, así como te mira el miedo, y yo le sonreía.
¿Cómo yo, que había ido y vuelto de donde quería, ya no me daba la gana de ser, de pensar?
Entonces me vi siento infeliz, insegura y con ganas de lanzarme al agua y ahogarme en mis malditas penas.
Pero ya sentada al borde de una cama que me parecía un abismo, no me lancé. No me dio la gana.
Y me dije que haría de mí lo que quería y que de callarme sólo lo haría si estuviera gimiendo. Que no me aplastarían, que daría mi opinión, porque no es para otro, es por mí, es porque me sale del coño decir lo que quiero, lo que siento, lo que espero.
Que sería la que quisiera así me llevara la vida entera, que no me importaría lo superficial y lo que alguien más quisiera y esperara de mí, que había otras formas y que de no existir, me las inventaría.
Que sería quien me saliera del coño, qué bonita palabra, sola o acompañada.
Justo cuando me decía eso, llamó. Lo escuché por primera vez en días, claro, estaba rota pero él me remendaba. Qué bonito, no lo necesitaba para vivir, mi discurso sólo me lo repetía como esperando que algo cambiara, pero no. Yo no tenía las alas rotas, sólo buscaba consuelo.
Lo escuché, me eché a llorar y él se quedó. Están unidas nuestras vidas y no cortaré los nudos que les hice, se ven hasta bonitos. Como los que me haría para atarme a su cama.
Ya sólo respiro, la vida quizá solo sea tantito más larga de lo que pensé.


Escrito en 2017

miércoles

Cosas que pasan

Su 'te amo' hace estragos con mi cuerpo, 
su voz es la calma de mi alma, 
su cuerpo es la tormenta de mis ganas, 
su compañía es la tranquilidad inacabable, 
su sonrisa juega con mis miradas
 y su amor es tan grande que se anda saliendo hasta por los ojos.

Escrito en 2014

martes

Negación

No he dejado de escribirte, amor.
Le he dejado espacio a tus preguntas y certezas.
Me he arrojado a la pausa.
He ido a buscarte en el recuerdo, 
he dejado que pasen las lluvias, 
las sonrisas,
los suspiros,
las lágrimas,
las noches,
las dudas...
Y como la pausa tiene poco fondo
te he escrito a escondidas,
a pedazos,
a ratos,
a distancias,
a silencios;
en momentos de sorpresa,
lejanía, cercanía, decaída,
en la ida,
en el regreso.
No he dejado de escribirte, amor.
Y aunque las letras no sean tan bellas
Te sigo escribiendo porque es mi manera de vivirte.

lunes

Declaración desprolija

A vos, con quien coincidí.
Hoy tengo que decirte una cosa muy seria
hay mucho de vos que no me importa.
No me importa tu imagen, tu altura, tu edad
el color de tus ojos o el largo de tu cabello.
No me importa tu pasado amoroso
no me importa a cuántas has besado o follado
ni lo que has hecho o deshecho en la cama.
No me importa si fuiste feliz o si te ibas a casar.
No me importan las conversaciones que ya borraste
ni las que dejaste por contestar.
No me importa que le hayás temido a algo o alguien
si te decepcionaron o si decidiste llorar lo perdido.
No me importa que creás o no en un dios
si militás en algún partido o si los odiás
ni si sabés cocinar o si detestás escuchar alguna canción.
No me importan las marcas que usás
si comés o no carne, verduras y frutas.
Ni siquiera cuántas horas dormís
o de cuál lado de la cama preferís.
No me importa desde cuándo no te gustan las multitudes
y elegís pasar muchas horas en casa.
No me importa si la anarquía es de tu preferencia
aunque comulgués con las dictaduras.
No me importa los tatuajes que no te hiciste
o tu aversión a beber o fumar.
No me importan tus películas favoritas
o los libros que no leíste.
No me importa la distancia que imponés.
No me importa que te guste la ciencia o el arte
ni que todo, a tus ojos, sea un problema.
No me importan tus soledades reconfortantes
ni tus silencios necesarios.
No me importa que ayer fueras un quizá
y hoy un ineludible.
No me importa si te gusta o no la poesía
si aborrecés lo que escribo.
 O lo que escucho.
No me importa que no te importe lo que los demás digan
ni lo que yo diga.
No me importa si decidís quedarte o no en mi vida.
Y nada de esto me importa porque a pesar de ser parte de lo que sos
no son más que hábitos, rutina o lo superficial.
Y lo que me importa de vos
 tiene que ver con lo que estás dispuesto a compartir;
me importa tu capacidad de decisión
tu valor para enfrentar el miedo
la esperanza a la que te aferrás.
Me importa de vos la sonrisa que ofrecés
las seguridades que ya encontraste en tu voz.
Me importa que salvés a las personas sin que lo notés;
las cosas que aprendés, que te mueven
lo que te incomoda, lo que rechazás lo que contradices; 
lo que valorás y lo que te negás a perder.
Me importa de vos tu habilidad para salirte por la tangente,
tu ingenio y la pericia que ya tenés con la vida.
Me importa cómo cuidás a quienes querés.
Me importan tus sueños y los gustos que aún no reconocés.
Me importa tu libertad. 
Lo que más me importa de vos es el hoy, 
el presente, porque el futuro no existe
y es ahora, a esta hora, cuando me leés.
Y me gustás.

domingo

Inventario

Tener diez razones
nueve ausencias
ocho cómos
siete soledades
seis despedidas
cinco imposibilidades
cuatro miedos
tres nudos
sólo dos ojos
Tener sólo una tristeza.

No es una amenaza

Hoy, cuando no puedo terminar mis trabajos universitarios,
y tengo la vida avanzando más rápido que nunca,
y los sueños enfrascados
y las letras desbordándose:
te pienso y te escribo.

Hace muy poco hablamos,
aún puedo recordar tu voz y los gestos que hacés al verme.
Cuánto quisiera recordarte con las manos
con los labios, con mi cuerpo entero.
Hoy, cuando no sabía qué responder a la pregunta “¿cómo estás?”
reímos juntos, claro, vos allá y yo aquí, pero juntos
y fue la manera en que escapé del mundo y construí
-sin quererlo- un refugio en vos.
Hoy, cuando eres pensamiento recurrente
no creás que te estoy atando a mis letras
sólo estoy sujetando mis recuerdos,
por si hoy te cansás y mañana no volvés.

Las manos que sostienen

A veces, la vida te señala qué releer y asusta; porque te recuerda que no es lineal. La vida es espiral y es también de ir y volver muchas veces. Hasta que comprendas, hasta que lo veas todo más claro, hasta que tengas paz.
A veces, la vida se trata de detenerse, de descansar, de soltar. De temblar y de llorar lo que se ha ido, lo que ya no es ni será. Llorar lo que duele por dentro y que no sabes muy bien por qué está ahí.
A veces, también se trata de gritar lo que está mal, lo inconforme que estás, lo que te atraviesa de derecha a izquierda y de arriba a bajo.
A veces, la vida se trata de encontrar nuevos ritmos, nuevas palabras, nuevas formas para ser. De reinventarse, de morirse un poco, de resucitar.
A veces, la vida es tan directa que los oídos explotan, las manos tiemblan, se te acaba el aire. Y no entiendes, porque todo iba bien, creías que caminabas y no. Y ese 'no' es el que te revienta en la cara. Y qué indefensos somos y qué tan débiles nos volvemos cuando eso pasa.
Pero ahí, justo en el lugar donde la fuerza estaba, justo en el vacío que habitas, llegan las manos. Manos que abrazan, que aprietan, que sostienen, que dan calor. Tus manos, porque nadie te sostiene mejor que vos mismo. Y claro, son ellas las que te enseñan a tomar otras manos, a abrazar otras vidas. Y ahí nos vamos encontrando otra vez y nos secamos las lágrimas y empezamos a caminar con ganas.
Y a veces, la vida esto, escribir para mirar los pedazos, para encontrar silencio cuando el mundo hace tanto ruido. Para volver a vivir con algo más de experiencia, con más certezas y entender que las dudas están bien, que el miedo es natural y que no hay que evitar vivir con todo eso, si no que hay que comprenderse, hablarse, escribirse, sonreírse y quererse más, sostenerte siempre y juntar los pedazos, hacerse hogar de uno mismo y así invitar a las otras manos a conocer la casa.
A veces, la vida te señala qué releer y ya no asusta tanto, hay que empezar a hacerlo y confiar.

Recuerdos en la casa

A veces, me da por atrapar recuerdos. 
Andan revoloteando por ahí, 
a veces hacen mucho ruido,
 otras hacen estragos; 
por ratos sonrientes, 
por otros jugando. 
A veces me da por atrapar recuerdos
 y por momentos ser su hogar. 
A veces me da por atrapar los tuyos y llorar.

Escrito en 2014

Por si las dudas

Si hoy me preguntaran
por los días felices
diría su nombre,
si me preguntaran
por los tristes, 
también,
porque nadie sabe qué tan
largos e hirientes
son los días de su
ausencia.
Si hoy me preguntaran
por los sueños,
diría que los sueño
con sus ojos.
que mis sueños
tienen a sus manos
sosteniéndolos.
Si hoy me preguntaran
por el cielo,
diría que no es azul,
que es del color de sus ojos
y tan ancho como sus brazos abiertos
a punto de abrazarme.
Si hoy me preguntaran
por el amor
diría convencida,
que existe
que lleva su nombre.

Inquietud


No sé de dónde vienes,
no sé cómo me encontraste.
Ni siquiera sé si quiera saberlo.


A veces partes y no sé a dónde,
espero ansiosa tu llegada,
espero como se espera a que escampe,
a que pasa la tormenta.

Y no me entiendo.

Puedes ir y venir
así como llegaste,
te vas, eres la ola del mar
y  el río que fluye.

Eres quien aparece
                     desaparece
                                     de la nada.

Pero quiero retenerte.
¿Por qué entonces, para qué has venido?

Eres casi tormento, casi  bendición.
Eres lo que no está, pero pertenece a todo.